Esta fotografía fue tomada en el año 2006 y decidí llamarla VENTANA EN LLAMAS.

martes, 24 de marzo de 2009

LOS CHOQUES, LA NIÑEZ Y LA JUSTICIA


Mi querido vehículo automotor ha sido embestido por otros carros en cuatro ocasiones. Aunque no han sido choques fatales (tres de ellos no han pasado de vías rotas o daños en el radiador y el cuarto que sí lo destruyó en buena parte, pero sin perjuicio contra el motor, contra mi persona ni contra los que me acompañaban), afortunadamente. Lo curioso es que ninguno de esos automovilistas provocadores de los accidentes me ha reconocido monetariamente los daños causados, es decir, que ninguno ha se visto obligado éticamente con su responsabilidad.

El bendito abogado de San Salvador que contraté para que realizara su trabajo e hiciera que se me pagara por uno de los daños, originado de uno de los accidentes, no hizo más que sacarme un poco de dinero y no resolvió mi problema. Y la persona responsable y provocadora del accidente de tránsito no tuvo la decencia de cumplir con su deuda.

Amigos y amigas, es triste decirlo pero no creo en la justicia salvadoreña. No crean que soy un pesimista. Mi sentimiento actual no es más que el resultado de mi experiencia.

Esto me hace pensar y comparar los choques automovilísticos, con los padres o madres irresponsables. Desde que se engendra o concibe un bebé, hemos adquirido una responsabilidad irrevocable. Un nuevo ser es traído al mundo y hay una mujer y un hombre responsables de este nuevo ser. Se necesitan siempre dos para hacer un niño. Pero para educarlo y alimentarlo, muchas veces sólo está uno de los progenitores.

Los delitos que han sido hechos contra mí y contra mi carro no son tan graves, pensándolo bien; pero me han ayudado a darme cuenta de la triste realidad de la moral y la ética en nuestro país. Si esto sucedió con mi carro que puedo pensar de todos aquellos niños o niñas que ha sido abandonados, cuyos padres o madres no dan un centavo para su educación y su alimentación?

¿Qué futuro le espera a El Salvador con tanta niñez huérfana de amor y respeto? Esto sí es realmente grave.


ERIKA VALENCIA y ÓSCAR PERDOMO LEÓN

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