Esta fotografía fue tomada en el año 2006 y decidí llamarla VENTANA EN LLAMAS.

jueves, 1 de octubre de 2009

FEO


Dicen que los seres humanos se comportan de la misma manera donde sea que existan. Pongo en duda esa afirmación. Según lo que he escuchado y leído los seres humanos en otras culturas miran y evalúan a sus congéneres de acuerdo a sus capacidades. Sin embargo aquí en El Salvador sigue existiendo el compadrazgo sumado al temor egoísta a que alguien sobresalga más que uno.


Hablo de esto porque hace un par de días estuvimos en San Salvador hablando con un amigo que nos contó cómo se fue, durante un buen tiempo, a especializarse a Japón, becado junto a un pequeño grupo de compañeros y al regresar a El Salvador empezó a ser relegado y discriminado por sus mismos colegas, a través de ponerlo en mal con chambres y mala fe. Las personas que recibieron esa información errónea no se tomaron la molestia de oír la contraparte, es decir, no le dieron la oportunidad a nuestro amigo para darse a conocer y escuchar sus razones; por el contrario, se conformaron con los chismes. ¡Qué bajo han caído algunos profesionales en El Salvador!


Y estas conductas tan vergonzosas e injustas se dan entre todos los grupos y gremios salvadoreños, entre abogados, médicos, músicos, enfermeras, pintores, profesores, anestesistas, etc.


Se desaprovechan recursos y talentos valiosos porque nuestra mezquindad está temerosa de ver brillar a alguien con luz propia. Conozco personas prepotentes que creen saberlo todo; pero en realidad detrás de toda esa falsa imagen de grandeza no hay más que una verdadera mediocridad. Y las personas honestas se quedan calladas, consintiendo las injusticias, con una cobarde complicidad.


¿Podremos los salvadoreños convertirnos en un país desarrollado viviendo con estas actitudes negativas?

Texto:

Érika Mariana Valencia-Perdomo

y Óscar Perdomo León


Collage:

Óscar Perdomo León

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