29 de abril de 2009
Toda propuesta o acto que intente discriminar o quitar un derecho que como ser humano toda persona merece, será una propuesta o un acto que haga retroceder a nuestra incipiente democracia salvadoreña. La Democracia Cristiana (DC) (y su cabeza Gerardo Parker) debería interesarme mejor en combatir los actos de corrupción que se dan en el gobierno o debería pensar en cómo sacar de la pobreza a la gran mayoría de salvadoreños. Porque la “falta de valores”, como lo dice la DC, que hay en la familia salvadoreña no la ha provocado la homosexualidad; por el contrario, muchas de esta personas con inclinaciones sexuales diferentes a la mayoría de nosotros, son personas trabajadoras, honestas, talentosas y respetuosas de la ley. Lo que ocurre en el interior de un dormitorio es asunto privado. Decir lo contrario es atentar contra la libertad del ser humano.
Toda propuesta o acto que intente discriminar o quitar un derecho que como ser humano toda persona merece, será una propuesta o un acto que haga retroceder a nuestra incipiente democracia salvadoreña. La Democracia Cristiana (DC) (y su cabeza Gerardo Parker) debería interesarme mejor en combatir los actos de corrupción que se dan en el gobierno o debería pensar en cómo sacar de la pobreza a la gran mayoría de salvadoreños. Porque la “falta de valores”, como lo dice la DC, que hay en la familia salvadoreña no la ha provocado la homosexualidad; por el contrario, muchas de esta personas con inclinaciones sexuales diferentes a la mayoría de nosotros, son personas trabajadoras, honestas, talentosas y respetuosas de la ley. Lo que ocurre en el interior de un dormitorio es asunto privado. Decir lo contrario es atentar contra la libertad del ser humano.
Y como lo manifestó este día en un programa de televisión de un canal nacional una de las representantes de la comunidad lesbiana en el país, “ni las lesbianas, ni los homosexuales andan buscando medios legales para casarse ni menos adoptar un niño.”
Es extraño que un tema que se tocó en la Asamblea Legislativa hace más o menos un año, tome nuevamente fuerza al interior de la misma y que los medios de comunicación se presten al juego de presentarlo al público como un gran debate nacional, cuando el deber de los “padres de la patria” es velar por los intereses que tienen IMPORTANCIA REAL en nuestra sociedad, tal como lo es la elección del Fiscal General, cosa por la que se debieron de preocupar ANTES de que se venciera el tiempo, y los medios de comunicación deberían darse a la tarea educativa y formadora de conciencias.
¿No será que, como muchas veces ha ocurrido, esto es una absurda CORTINA DE HUMO, para esconder y hacer que se nos olvide que hay graves problemas de corrupción al interior de muchas instituciones estatales en donde se ven involucradas muchas “personas honorables”?
Qué pena que el gran partido que en otros tiempos fue la DC y al cual el mismo Monseñor Romero le tuvo mucho afecto, se vea hoy inmiscuido una vez más en juegos tontos, que seguramente ni ellos mismos se los creen. ¿Cómo es que el Sr. Parker viene a hablarnos de moral, si ya dio suficiente cátedra a través de los años y obtuvo recientemente su maestría con las recién pasadas elecciones presidenciales? Lo único que crean en la población salvadoreña es indignación y risa, al ver como pierden el tiempo y dinero (el cual sale de nuestros impuestos). ¡Vaya ejemplo que dan a las nuevas generaciones los señores de la Asamblea Legislativa!
Ya estamos cansados de ser testigos de este circense círculo vicioso que muy a propósito se hace al interior del salón Azul, cuando en realidad hay cosas verdaderamente más URGENTES que El Salvador necesita. ¿Por qué los diputados no se dedican a hacer propuestas de ley o decretos para erradicar el analfabetismo, la pobreza o la evasión de impuestos de los grandes empresarios? ¿Por qué no se preocupan por cuestionar los programas tan deficientes de educación y proponen incluir Historia de El Salvador y retomar la materia de Moral y Cívica? ¿Por qué mejor no presentan una pieza de correspondencia para modificar la Constitución de la República a fin de que cree la figura de un evaluador de los mismos diputados y que estos estén sujetos a su destitución, por medio del consenso popular, si han cometido alguna acción que atente contra el orden y la moral? Sería mejor que se preocuparan por hacer público los finiquitos de los funcionarios públicos antes y después de que han dejado sus cargos y no dedicarse a hablar de “pérdida de valores”, limpiándose en los homosexuales y las lesbianas.
“Quien este libre de pecado, que lance la primera piedra”. ¿Quién tiene menos valores morales, la comunidad homosexual y lesbiana, quienes dicho sea de paso NO ESTAN PIDIENDO CASARSE o los HETEROSEXUALES que tiene dos hogares y dejan hijos sin ayuda, los que tiene dos o más amantes, los que se valen de sus cargos para solicitar actos sexuales a cambio de conservar o encontrar trabajo a alguien, los directores que con su prepotencia humillan a sus trabajadores, los que en aras de conservar en el ejecutivo al partido saliente obligaron a sus subalternos a ir a actos proselitistas a estadios y parques bajo amenazas de despido o los que, como muchos en la Asamblea Legislativa, no hicieron nada?
Los valores humanos abarcan la paciencia, el trabajo, la solidaridad, el respeto, la constancia, la moral, el civismo; ¿a cuál de estos se referirá la DC?
Lo que ha causado esta “falta de valores” en la sociedad salvadoreña es el desmembramiento de la familia debido a la diáspora obligada de miles y miles de salvadoreños, que viajan a Estados Unidos y a otros países buscando oportunidades que nuestro país no les da, esa misma gente que hoy mantiene a flote nuestro país y que la Asamblea Legislativa no les ha querido otorgar el derecho a votar en el extranjero; esos sufridos “hermanos lejanos” han tenido que dejar a sus hijos casi abandonados, al cuido de familiares, de vecinos o amigos; y estos niños y niñas no crecen en una ambiente normalmente familiar.
El verdadero causante de esta “falta de valores” que tanto “preocupa” a la DC es la pobreza generalizada, la falta de trabajo, el abandono del agro por los gobiernos que hemos tenido. Los verdaderos enemigos de la familia salvadoreña se llaman analfabetismo y bajo nivel educativo.
No se vale que se queje de “inmoralidad” el Sr. Parker, cuando las maras, el narcotráfico, la corrupción y la desintegración de la familia, base de la sociedad, son en gran parte por el desdén, el menosprecio, el olvido, la ignorancia y hasta la alevosía del Poder Legislativo.
¡Qué lástima que a muchos de los diputados aún los tengamos que seguir viendo por tres años más! ¿Pero qué podemos esperar de personas que seguramente no les gusta leer, no analizan la realidad nacional y sólo se acuerdan de los pobres campesinos y madres jefas de hogar en época de elecciones?
ÉRIKA VALENCIA y ÓSCAR PERDOMO LEÓN
