Esta fotografía fue tomada en el año 2006 y decidí llamarla VENTANA EN LLAMAS.

domingo, 20 de septiembre de 2009

SEGUNDAS NUPCIAS

Aunque a algunos les incomode lo que voy a decir, con segundas nupcias me refiero en forma general a la convivencia de dos personas, que habitan una misma casa, comparten los gastos y responsabilidades y mantienen una vida sexual activa, ya sean hombre y mujer, o mujer y mujer, u hombre y hombre; según las inclinaciones sexuales. (¡Gracias por la libertad, la tolerancia y el respeto al derecho mío y de los demás!). No importa si están casados ante un abogado o ante un sacerdote. Cuando dos personas se aman y deciden por voluntad propia vivir juntos, para mí entender ya están casados, aunque se diga que están arrejuntados, amancebados, acompañados, en unión libre o en unión estable. Básicamente todo es lo mismo; excepto por las cuestiones de la ley.

¿Por qué los segundos matrimonios funcionan mejor que los primeros?

Para mí la convivencia diaria con la pareja debe estar impregnada de respeto, admiración, amor y apoyo del uno hacia el otro. Debe evitarse caer el la detestable monotonía, que es básicamente la que llega a separar a las personas. Debe reconocerse y apoyarse la capacidad y las inquietudes del otro, y hay que saber escuchar, perdonar y consentir. Hay que darse una oportunidad y abrir la mente hacia nuevas experiencias, hay que ser más abierto a nivel sexual y hay que enamorar día a día a la pareja. En resumen hay que seguir teniendo la misma actitud de cuando se eran novios o se andaba en la conquista de la pareja. Suena difícil, lo sé, porque las responsabilidades y el llevar una vida de hogar también traen otras obligaciones que muchas veces nos envuelven de manera sutil y cuando nos damos cuenta nuestra pareja se vuelve una desconocida o busca, en alguien más, lo que en la intimidad de la relación hace falta. Pero el esfuerzo vale la pena. Quien escribe esto puede dar fe de ello. Bueno, creo que todo se reduce a la experiencia que se ha ganado con el tiempo. Recalco que es mi punto de vista, según lo que he visto, he oído y he vivido.

Soy la tercera hija de cuatro, producto del segundo matrimonio de mi padre, matrimonio que duró treinta años y finalizó con la triste muerte de mi papá; mi hermano mayor tiene más de 20 años con su segunda esposa; mi esposo y yo tuvimos una primera experiencia matrimonial cada uno; conozco muy bien otras personas que están en su segundo matrimonio y se encuentras muy estables, han formado sólidas familias y viven plenamente con su pareja, han logrado crecer personalmente y desarrollarse.

Hay varios puntos importantes que influyen para que un segundo matrimonio funcione mejor que el primero:
1- Se trata de no cometer los errores que se cometieron en las primeras nupcias.
2- Aumenta la tolerancia hacia la pareja; este es un punto crucial. Ya no hay disgustos por cosas triviales.
3- El respeto es esencial; se reconoce, se valora y hasta se admira la individualidad del otro miembro de la pareja.
4- Las relaciones sexuales son sin duda superiores en las segundas nupcias. Son más maduras, experimentales, entretenidas, abiertas, desinhibidas y definitivamente más plenas.
5- Se aprecia más el amor que uno no ha buscado pero que ha encontrado. Suena cursi; pero en esencia todo se resume en amor y respeto.

Ojala y todos nosotros viviésemos en segundas nupcias –excepto por lo del sexo- con nuestros vecinos, desconocidos y con la sociedad en general. La mitad o un poco más de los problemas que tiene nuestro país se solucionarían.


Texto:
Érika Mariana Valencia-Perdomo

Fotografías:
Óscar Perdomo León

Fotografías tomadas en el Jardín botánico de San Salvador y en el Lago de Coatepeque.

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