Mucho se ha pedido la revisión del plan de estudios vigente tanto para educación básica como para la educación media. Un examen periódico de los avances, retrocesos, dificultades y mejoras que se pueden dar durante la ejecución de la misma es necesario.
Este año hubo una reforma en cuanto al sistema de trabajo tanto del docente como del alumno dentro del aula, la implementación de libros de trabajo es una de ellas. Para el inicio de la ejecución a inicios del año escolar los maestros de todo el país que ejercen en la práctica pública estuvieron en capacitación, les tocó volver a ser alumnos por unos días.
Las actualizaciones y el desarrollo de nuevas habilidades como el reforzamiento de las ya establecidas deberían de ser permanentes dentro de las políticas del MINED y convertirse en obligatorias para todos los profesores del país, incluyéndolas y dándoles un porcentaje importante en las evaluaciones de desempeño laboral docente. Importante sería también establecer cursos cortos y diplomados atractivos para el maestro con el fin de que este profundice más en el estudio y sus conocimientos fueran refrescados constantemente, de igual manera la implementación de congresos docentes sería de gran beneficio para educandos, educadores y sociedad en general. Algo similar al proceso de actualización al que los médicos nos sometemos a través de los programas de educación médica continua impartidos por asociaciones médicas, laboratorios farmacéuticos, universidades, etc.
Desconozco realmente si estas sugerencias ya se dan en la práctica, sí es así felicito efusivamente a las autoridades ministeriales, gremios y demás personas involucradas en su ejecución. Sin embargo sí se están llevando de forma parcial o simplemente no se han puesto en marcha, incentivo de la forma más humilde y sincera a que se trate en la brevedad posible de ponerlas en práctica.
He iniciado así este artículo debido a que con mucha tristeza y decepción me he enterado que de nada o poco sirve que el MINED invierta en la capacitación del pedagogo si éste no aplica lo aprendido con sus alumnos. Digo lo anterior de forma tajante y disculpándome si he herido a algunas personas con mi comentario. Pero simplemente en este difícil período que atraviesa el país y frente a miles de hogares rotos por la emigración, violencia social y la falta de compromiso, los maestros hoy más que nunca tienen un reto muy difícil por vencer ya que su presencia pasa a ser enriquecida con la imagen e influencia que ejercen dentro de las aulas, pues ellos son las únicas figuras que pueden aportar una poderosa y buena influencia en muchos niños y jóvenes que viven en condiciones no apropiadas, las cuales no son dadas exclusivamente por la carestía monetaria, sino por la carestía de estímulos que abone en el espíritu el deseo de la superación a través de la educación, la tolerancia y el respeto a los semejantes y a la naturaleza.
Conociendo la enorme y fundamental influencia que ejerce el pedagogo en la vida de su alumno, independientemente del nivel educacional en que éste se encuentre o el tipo de enseñanza al que esté sometido, no logro entender por que algunos profesores ignoran las modificaciones curriculares y las preciadas capacitaciones que les imparten las autoridades ministeriales; no sé si lo hacen porque están cansados de su trabajo o porque quizá no son maestros por vocación si no por necesidad o porque creen que ellos en su nivel ya no tiene nada que aprender y que las recientes modificaciones no son importantes. ¿Cómo se espera que los alumnos de instituciones públicas mejoren su capacidad de asimilación si estos profesores imparten aún en sus aulas los temas exactamente de la misma forma y contenido que hace más de cinco años? Es más, lo hacen basándose en sus anotaciones hechas hace más de un lustro. ¿De qué manera habrán mejores resultados en la PAES, si los contenidos que los alumnos han estudiado a lo largo de su formación académica son distintos a los que el Ministerio de Educación estipula?
Las líneas arriba escritas no son difamaciones, al contrario es un llamado de atención a las autoridades respectivas para que indaguen y pongan manos a la obra para corregir estas gravísimas faltas.
Lo redacto y lo digo sin pelos en la lengua: hay algunos maestros que están impartiendo exactamente las mismas clases que dieron hace más de un quinquenio, basándose únicamente en un cuaderno de igual tiempo; por supuesto esos temas no corresponden al programa vigente de la materia. Me he dado cuenta de esto a raíz de que mi hija mayor se examinara prontamente para optar a una matrícula en un colegio de San Salvador el próximo 2010, esta prueba será únicamente de dos materias: Lenguaje y Literatura y Matemáticas; y, como el examen será del contenido de todo del año en esas áreas opté por ingresar al sitio web del MINED con el fin de copiar el programa de estudios y tener así una guía de estudios, pero mi sorpresa fue mayúscula cuando me di cuenta que hasta el momento mi hija sólo ha recibido dos contenidos de Lenguaje y Literatura de todos los que están formalmente establecidos en el temario ministerial. Es decir que todo el año la maestra ha estado jugando a hacer su voluntad, no ha tenido ni la más mínima inquietud en acatar las disposiciones de sus superiores y tener la humildad y la voluntad de leer un poquito más y estudiar unos cuantos textos más para poder realizar su trabajo eficientemente. Realmente es alarmante, pues es ésta misma profesora la que califica las exposiciones en base a los minutos que se tardan los alumnos en hablar frente a sus compañeros y no por el contenido de la misma, obviamente no se preocupa por indagar acerca de la calidad de aprendizaje que ha tenido ni el expositor ni el resto de la clase, es decir que si mi hija se tarda 5 minutos hablando tendrá 5 de nota aunque lo que haya dicho sea sustancialmente mejor a la que como lorita repitió durante diez minutos lo que dicen los libros sin importar que sea el prólogo o el índice de los mismos lo que llegue a decir de memoria. La cosa funciona de la misma manera cuando son debates, mesas redondas o actividades en las que se requiera que los alumnos hablen, por casa intervención es un punto otorgado. He sido testigo cuando mi hija y sus compañeras se reúnen para determinar el número de intervenciones que tendrán en esas actividades (debates, etc.) planificando todo para obtener un diez, es decir ya no se reúnen para analizar el contenido de la información que brindarán sino para escribir el número de veces que hablaran, puesto que la profesora las cuenta y el total de las mismas será la calificación otorgada. ¡Brillante manera de ganarse la vida!
Yo provengo de una familia de linaje pedagógico, mi abuelo paterno y mis dos abuelas fueron profesores normalistas, mis tías, tíos, mi papá y mi hermana han ejercido la docencia con amor y responsabilidad. Recuerdo haber visto a mi papá preparando las clases que luego impartiría, estudiaba y leía una y otra vez, año con año, no importaba que sus alumnos fueran de bachillerato o universitarios, él era economista y ejerció su profesión simultáneamente con la docencia, la cual le dio enormes satisfacciones, murió siendo profesor. La misma dedicación, preparación constante y ética docente vi en mi hermana mayor, al igual que mi papá ella fue docente de educación media y superior.
Quizá por que viví con personas entregadas a la loable tarea de enseñar es que no logro comprender porque hemos llegado a caer en el conformismo, la mediocridad y la irresponsabilidad de no cumplir con las exigencias inherentes al cargo que desempeñamos en la sociedad.
He escrito esto con el único ánimo de hacer que en este país empiecen a funcionar las cosas de otra forma, es decir de la manera correcta. Tenemos gente muy capaz, muchas mentes privilegiadas, pero que se pierden en el vacío por la falta de oportunidades para el desarrollo o porque simplemente nuestros formadores no permiten que florezcan al impedirlas mediante actitudes como la antes descrita.
Este año hubo una reforma en cuanto al sistema de trabajo tanto del docente como del alumno dentro del aula, la implementación de libros de trabajo es una de ellas. Para el inicio de la ejecución a inicios del año escolar los maestros de todo el país que ejercen en la práctica pública estuvieron en capacitación, les tocó volver a ser alumnos por unos días.
Las actualizaciones y el desarrollo de nuevas habilidades como el reforzamiento de las ya establecidas deberían de ser permanentes dentro de las políticas del MINED y convertirse en obligatorias para todos los profesores del país, incluyéndolas y dándoles un porcentaje importante en las evaluaciones de desempeño laboral docente. Importante sería también establecer cursos cortos y diplomados atractivos para el maestro con el fin de que este profundice más en el estudio y sus conocimientos fueran refrescados constantemente, de igual manera la implementación de congresos docentes sería de gran beneficio para educandos, educadores y sociedad en general. Algo similar al proceso de actualización al que los médicos nos sometemos a través de los programas de educación médica continua impartidos por asociaciones médicas, laboratorios farmacéuticos, universidades, etc.
Desconozco realmente si estas sugerencias ya se dan en la práctica, sí es así felicito efusivamente a las autoridades ministeriales, gremios y demás personas involucradas en su ejecución. Sin embargo sí se están llevando de forma parcial o simplemente no se han puesto en marcha, incentivo de la forma más humilde y sincera a que se trate en la brevedad posible de ponerlas en práctica.
He iniciado así este artículo debido a que con mucha tristeza y decepción me he enterado que de nada o poco sirve que el MINED invierta en la capacitación del pedagogo si éste no aplica lo aprendido con sus alumnos. Digo lo anterior de forma tajante y disculpándome si he herido a algunas personas con mi comentario. Pero simplemente en este difícil período que atraviesa el país y frente a miles de hogares rotos por la emigración, violencia social y la falta de compromiso, los maestros hoy más que nunca tienen un reto muy difícil por vencer ya que su presencia pasa a ser enriquecida con la imagen e influencia que ejercen dentro de las aulas, pues ellos son las únicas figuras que pueden aportar una poderosa y buena influencia en muchos niños y jóvenes que viven en condiciones no apropiadas, las cuales no son dadas exclusivamente por la carestía monetaria, sino por la carestía de estímulos que abone en el espíritu el deseo de la superación a través de la educación, la tolerancia y el respeto a los semejantes y a la naturaleza.
Conociendo la enorme y fundamental influencia que ejerce el pedagogo en la vida de su alumno, independientemente del nivel educacional en que éste se encuentre o el tipo de enseñanza al que esté sometido, no logro entender por que algunos profesores ignoran las modificaciones curriculares y las preciadas capacitaciones que les imparten las autoridades ministeriales; no sé si lo hacen porque están cansados de su trabajo o porque quizá no son maestros por vocación si no por necesidad o porque creen que ellos en su nivel ya no tiene nada que aprender y que las recientes modificaciones no son importantes. ¿Cómo se espera que los alumnos de instituciones públicas mejoren su capacidad de asimilación si estos profesores imparten aún en sus aulas los temas exactamente de la misma forma y contenido que hace más de cinco años? Es más, lo hacen basándose en sus anotaciones hechas hace más de un lustro. ¿De qué manera habrán mejores resultados en la PAES, si los contenidos que los alumnos han estudiado a lo largo de su formación académica son distintos a los que el Ministerio de Educación estipula?
Las líneas arriba escritas no son difamaciones, al contrario es un llamado de atención a las autoridades respectivas para que indaguen y pongan manos a la obra para corregir estas gravísimas faltas.
Lo redacto y lo digo sin pelos en la lengua: hay algunos maestros que están impartiendo exactamente las mismas clases que dieron hace más de un quinquenio, basándose únicamente en un cuaderno de igual tiempo; por supuesto esos temas no corresponden al programa vigente de la materia. Me he dado cuenta de esto a raíz de que mi hija mayor se examinara prontamente para optar a una matrícula en un colegio de San Salvador el próximo 2010, esta prueba será únicamente de dos materias: Lenguaje y Literatura y Matemáticas; y, como el examen será del contenido de todo del año en esas áreas opté por ingresar al sitio web del MINED con el fin de copiar el programa de estudios y tener así una guía de estudios, pero mi sorpresa fue mayúscula cuando me di cuenta que hasta el momento mi hija sólo ha recibido dos contenidos de Lenguaje y Literatura de todos los que están formalmente establecidos en el temario ministerial. Es decir que todo el año la maestra ha estado jugando a hacer su voluntad, no ha tenido ni la más mínima inquietud en acatar las disposiciones de sus superiores y tener la humildad y la voluntad de leer un poquito más y estudiar unos cuantos textos más para poder realizar su trabajo eficientemente. Realmente es alarmante, pues es ésta misma profesora la que califica las exposiciones en base a los minutos que se tardan los alumnos en hablar frente a sus compañeros y no por el contenido de la misma, obviamente no se preocupa por indagar acerca de la calidad de aprendizaje que ha tenido ni el expositor ni el resto de la clase, es decir que si mi hija se tarda 5 minutos hablando tendrá 5 de nota aunque lo que haya dicho sea sustancialmente mejor a la que como lorita repitió durante diez minutos lo que dicen los libros sin importar que sea el prólogo o el índice de los mismos lo que llegue a decir de memoria. La cosa funciona de la misma manera cuando son debates, mesas redondas o actividades en las que se requiera que los alumnos hablen, por casa intervención es un punto otorgado. He sido testigo cuando mi hija y sus compañeras se reúnen para determinar el número de intervenciones que tendrán en esas actividades (debates, etc.) planificando todo para obtener un diez, es decir ya no se reúnen para analizar el contenido de la información que brindarán sino para escribir el número de veces que hablaran, puesto que la profesora las cuenta y el total de las mismas será la calificación otorgada. ¡Brillante manera de ganarse la vida!
Yo provengo de una familia de linaje pedagógico, mi abuelo paterno y mis dos abuelas fueron profesores normalistas, mis tías, tíos, mi papá y mi hermana han ejercido la docencia con amor y responsabilidad. Recuerdo haber visto a mi papá preparando las clases que luego impartiría, estudiaba y leía una y otra vez, año con año, no importaba que sus alumnos fueran de bachillerato o universitarios, él era economista y ejerció su profesión simultáneamente con la docencia, la cual le dio enormes satisfacciones, murió siendo profesor. La misma dedicación, preparación constante y ética docente vi en mi hermana mayor, al igual que mi papá ella fue docente de educación media y superior.
Quizá por que viví con personas entregadas a la loable tarea de enseñar es que no logro comprender porque hemos llegado a caer en el conformismo, la mediocridad y la irresponsabilidad de no cumplir con las exigencias inherentes al cargo que desempeñamos en la sociedad.
He escrito esto con el único ánimo de hacer que en este país empiecen a funcionar las cosas de otra forma, es decir de la manera correcta. Tenemos gente muy capaz, muchas mentes privilegiadas, pero que se pierden en el vacío por la falta de oportunidades para el desarrollo o porque simplemente nuestros formadores no permiten que florezcan al impedirlas mediante actitudes como la antes descrita.
Texto:
Érika Mariana Valencia-Perdomo
Fotografía:
Óscar Perdomo León
No hay comentarios:
Publicar un comentario