Esta fotografía fue tomada en el año 2006 y decidí llamarla VENTANA EN LLAMAS.

sábado, 31 de octubre de 2009

BRAHMS, BEETHOVEN Y LA VIOLENCIA

El jueves 29 de octubre de 2009, asistimos, con nuestras cuatro hijas, al Teatro Presidente a escuchar en su decimocuarto concierto a la Orquesta Sinfónica de El Salvador. Se presentaron dos grandes obras musicales, conducidas por Irving Ramírez, director asociado. La primera obra fue la “Sinfonía No. 8 en Fa Op. 93” de Ludwig van Beethoven y la segunda obra fue el “Concierto para violín, cello y orquesta en La Op. 102” de Johannes Brahms; como solistas estuvieron en el violín el salvadoreño René Hernández y en el cello el argentino Juan Ignacio Emme.

¿Qué podemos decir de Beethoven sino que nos causó una considerable emoción oír esa música tan intensa? Su “Sinfonía No. 8” y la “Marcha fúnebre” son piezas llenas de sentimientos a veces serenos y a veces encontrados, de una belleza poderosa.

¿Y Brahms? Bueno, la obra de Brahms fue escrita para dos solistas y fue una grata coincidencia que ambos, el violinista y el cellista, hayan tocado sus instrumentos de una manera admirable. La Orquesta Sinfónica de El Salvador, por su lado, tocó de una manera limpia y nos dejó muy satisfechos. Al final los músicos recibieron de parte del público una merecida ovación de pie, que duró más de un minuto.

En el intermedio entre ambas grandes obras se hizo un minuto de silencio en memoria del joven músico de 14 años de edad Ezequiel Cruz, de San Luís Talpa, miembro de la Orquesta Sinfónica Juvenil de El Salvador desde hacía tres años, asesinado hace apenas unos días, víctima de la violencia criminal que abate a nuestro país. Según se dijo, el joven era una verdadera promesa musical, lleno de un talento innato, que incluso había tocado en diciembre pasado, en la tuba que era su instrumento, una obra de gran dificultad y belleza: “El pájaro de fuego” de Igor Stravinski.


En honor a Ezequiel y rompiendo con el programa establecido, la Orquesta Sinfónica interpretó la “Marcha Fúnebre” de Beethoven (la cual es el segundo movimiento de la “Sinfonía No. 3 en Mi bemol mayor, Op. 55”, obra conocida como «Heróica»), la cual tocada por nuestra Orquesta Sinfónica y en el contexto en que se hacía, arrancó unas lágrimas a más de alguno de los que asistimos.

Esperamos que el gobierno de izquierda tenga la visión que los gobiernos anteriores no tuvieron y se dé cuenta que el problema de maras, la pérdida de valores morales y cívicos y la ola delincuencial son debido a la nula importancia que los gobiernos de derecha le dieron al fomento de las artes y el deporte; también la falta de oportunidades de trabajo que provocó la emigración de miles y miles de salvadoreños creó un desmembramiento de la familia y varias generaciones de niños y jóvenes han crecido sin la guía espiritual y la disciplina de sus padres.

En problema de la violencia es muy complejo; sin embargo el gobierno de Mauricio Funes y del FMLN deberían dar un paso grande y en serio apoyando debidamente a los jóvenes talentos y creando fuentes de trabajo. Si el gobierno del cambio no promueve una educación formal en artes en El Salvador e invierte con abundancia en los deportes, en pocos años más seremos una horda de salvajes, similares a los de la época de las cavernas.

La música interpretada por la Orquesta Sinfónica nos tocó el alma y nos hizo convencernos una vez más que en este país hay muchos verdaderos talentos.

Texto:

Érika Mariana Valencia-Perdomo

y Óscar Perdomo León

Collages elaborados por Óscar Perdomo León

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