Hemos leído la noticia del lunes 27 de julio de 2009 “Investigan a gobernador por medicina restringida”, en primera plana de La Prensa Gráfica. Y luego vemos que le dedican las primeras tres páginas. ¿Qué hay en esas tres páginas? No mucho, en realidad. Para ser una investigación periodística, en verdad deja mucho que desear.
Al Dr. Rovira se le acusa de recetar un medicamento que legalmente se vende en El Salvador y para el cual, como médico que es, está autorizado por el Consejo Superior de Salud Pública para prescribirlo. Si las dosis que indicó son las adecuadas y necesarias para el padecimiento de sus pacientes, entonces no hay problema.
El problema parece empezar cuando el Dr. Rovira valoró más las necesidades de sus pacientes y pasó sobre la burocracia del hospital de Sensuntepeque. No creo que un tan solo médico de El Salvador no haya tenido la experiencia en cualquiera de los hospitales de la red pública, en toparse con la lentitud y la burocracia del sistema.
El verdadero problema comenzó cuando el Dr. Rovira aceptó la candidatura para alcalde del periodo 2006-2009, la cual perdió a causa de un fraude electoral, según la mayoría de la gente de Sensuntepeque; debido a esto el Dr. Rovira se echó encima la enemistad, no de la gente pensante de la derecha con la que se pueden hacer acuerdos y hablar decentemente. No, se ganó el desprecio de la gente más retrógrada y de la más baja calidad moral, la cual planea los actos más sucios y maneja la hipocresía con maestría.

Para el que no sabe, el Dr. Rovira fue propuesto con el apoyo intenso de la población sensuntepecana para dos cargos importantes dentro del desarrollo municipal y departamental; el primero fue para el de Director del Hospital de Sensuntepeque, cosa que debió haber molestado mucho a la actual directora, pues de haberse cumplido sería él su sucesor y posiblemente saldrían a la luz muchas cosas oscuras que han ocurrido en ese lugar por muchos años; el segundo cargo por el que obtuvo el apoyo popular fue para el cargo que hoy ostenta y que políticamente le da más poder que siendo director de hospital, pues su punto de vista vale más en dediciones fundamentales que si trabajara en el hospital únicamente. Y esto le duele mucho a la derecha radical de Sensuntepeque.
Ahora bien, la noticia la presentan con bombo y platillo como si fueran los superhéroes desmantelando un alijo de droga. Nada más lejano a la verdad. La noticia no podía haber sido más superficial, a menos que la hubiese publicado el MAS o el ya extinto periódico LA NOTICIA.
Si se va a investigar de verdad, esperamos que la investigación sea ecuánime y apegada a la ley. Confiamos que los periodistas que cubran tal situación demuestren todo el gran potencial profesional que seguramente tienen y que aún no han demostrado. Les invitamos a que realmente se instruyan en el ámbito médico y farmacológico, antes de sacar un reportaje investigativo.
Si los periodistas de La Prensa Gráfica están buscando una buena noticia, pues en verdad que la tienen en la punta de la nariz. ¿O acaso La Prensa Gráfica ha investigado y publicado tres páginas por ejemplo sobre Marvin Galeas, uno de sus escritores regulares que publica un artículo semanal en sus páginas y que está implicado en un gravísimo acto de corrupción al haber estado cobrando un jugoso sueldo en una de las numerosas plazas fantasmas creadas para los allegados de ARENA? ¿O ha investigado a fondo a su otro escritor estrella Ivo Príamo Alvarenga, otro de los implicados en las plazas fantasmas? ¿No sería un mejor tema de investigación conocer los finiquitos de todos los funcionarios públicos del pasado gobierno, por ejemplo?
La impresión que tenemos sobre este asunto es que La Prensa Gráfica se ha rebajado a un periodismo amarillista y el Consejo Superior de Salud Pública, por su lado, claramente se ve que no está buscando justicia. Ambos están más bien tratando de denigrar el nombre del Dr. Rovira y por extensión el nombre de Mauricio Funes y de su gobierno. Y por supuesto que detrás de todo está el dinero y las muy buenas intenciones de ARENA. Su objetivo ha sido causar daño a la izquierda.
Texto:
Érika Mariana Valencia y Óscar Perdomo León